lunes, 4 de agosto de 2008

hoy

Empañado y sucio cae el vidrio,

a incontables suelos de mil texturas y colores,

cae de incontables formas.

Y se levanta,

para desempañarse limpio

con el día, la noche y el sueño.

hasta erguirse lo más cómodo

hasta respirar lo más profundo.

Así incontables veces.

 

Y una vez quiebra,

una única vez con el mismo nombre,

una única vez se despide para siempre.

Y tal vez se levante

con otro rostro,

con otro nombre.

 

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